Forty effing five
- bbonduel
- 27 jun 2022
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Hoy celebro, o más bien, se me celebra, la llegada de mis cuarenta y cinco. Como llevo ya años diciendo, a estas alturas lo de cumplir años ya no es celebrable, ¿o si? Sin duda es celebrable irlos cumpliendo, seguir, permanecer, continuar...
Llego a esta edad tras un año frenético de actividad creativa; todo empezó queriendo ahuyentar el miedo al covid, el hastío, el hondo pozo del confinamiento.
En el transcurso de mis 44 a mis 45 he expuesto mi obra y performado en cinco ocasiones, he escrito diecisiete páginas de relatos (mis bautizados nanorelatos), he impartido unos talleres mensuales de arteterapia para niños, he cursado un ciclo de arte vivo llamado "Hospital de artistas", he participado en un taller online de asesoría creativa y he solicitado dos cuantiosas subvenciones para dos ciclos diferenciados de Happenings; uno orientado a la participación infantil y otro denunciando asuntos relacionados con la inmigración.
Y todo eso simplemente con el afán de nunca; pero que nunca, tomarme la fluoxetina que me recetó la siquiatra.
En la faceta de mi vida menos arty he conseguido un cambio laboral interesante, con muchos perks y por supuesto seguir alimentando y cultivando la vida familiar, con sus ups and downs de variada índole.
Hoy hace dos meses un incidente de salud me obligó a parar en seco mi pluriactividad y dedicarme a la clásica peregrinación por diversos médicos y sus especulaciones.
Lo cierto es que estreno año y estreno pastillero con las ranuritas para mañana tarde y noche bien llenas, esperanzada de que esas sustancias encapsuladas no hagan sino prolongar muchos años toda esta energía, todas estas ganas de devorarte Mundo.
Que bien escribes Bea